jueves, 7 de junio de 2018

Se parte de la medicina


Que tu paso por el mundo no sea el de un simple espectador.
Haz que sea inolvidable para aquellos que te necesiten.
Aporta lo mejor de ti, muestra tu verdadera esencia.
Déjate usar por el Señor para curar al mundo, porque no vinimos a la vida para ser egoístas y dejarnos invadir por la maldad.
Vinimos para ser generación de luz y sal.
En este camino se puede tener miedo, pero hay algo que lo supera, algo grande que lo vence fácilmente y es el AMOR.
El AMOR trae luz a nuestras vidas, nos llena de energías y esperanzas nuevas cada día.
Nos ayuda a dejar el pasado en su lugar, haciéndonos libres de todo lo que en algún momento nos mantenía atados.
El AMOR abre nuestros ojos y nos hace ver de todo lo malo algo maravilloso.
Nos limpia por dentro quitando de nosotros aquellas cosas que nos impiden ser bondadosos.
El AMOR nos pinta sonrisas eternas en el rostro...

Cuando hablamos de amor no nos referimos expresamente al amor de familia, aunque sabemos que aporta mucho en nosotros.
En la vida espiritual AMOR es sinónimo de RESPETO, COMPRENSIÓN, MISERICORDIA Y ENTREGA.

En ningún lado nos dice que no se puede sentir amor por alguien que no conocemos, que no se puede ayudarlo, que no se puede tratarlo bien, que no se puede comprender su situación sin juzgar, en ningún lado he visto que digan que no podemos entregarnos al servicio de un desconocido. Sin embargo en la Biblia Dios nos marca claramente uno de los mayores mandamientos es amar a nuestro prójimo como a nosotros, también dice en Juan 3:16 que nuestro Dios nos ama tanto que se entregó de una manera muy especial a favor de nosotros siendo desconocidos, estando apartados de él.

Por tanto si Dios nos manda a amar de esa manera, el amor que tu le des a otros, refleja el amor que sientes por ti y por el mismo Dios también, ya que el Señor nos señala en Juan 14:21 aquel que me ama sigue mis mandamientos.

y ya dijimos que su principal mandamiento es que amemos.

Aprende a amarte, a respetarte, valora tu vida, perdona tus propios errores y entrégate al amor, porque cuando logres ser así contigo mismo, podrás serlo con el que te necesite y así harás la diferencia que genere las ganas de otros a sumarse a ser la medicina y no la enfermedad para este mundo. Amén.

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