sábado, 1 de abril de 2023

EL PODER DE LAS PALABRAS

 En mi boca hay poder de

Bendecir o Maldecir

 

Es muy fácil inclinarse al lado negativo.
El enemigo utiliza las circunstancias para impulsarme hacia la queja, el temor, el desanimo e incredulidad.
Desde ese punto en lugar de construir es posible que esté echando abajo todo mi alrededor a través  de mis palabras.
 
Las palabras que emito tienen el potencial de crear o destruir.
Mi Dios, Creador de todo, me enseña como desde el principio a través de su Palabra todo fue establecido como el lo quiso.

Si me detengo en el hecho de que mi Padre es quien lo creó todo y soy su hija, bautizada con su Santo Espíritu, el cual me da Poder y Autoridad para hacer todas las cosas, entonces así como mi Padre,  también tengo Poder en mis palabras.

 Debo aprender como ir de la naturaleza humana a lo sobrenatural.
Ya que Dios quiere que hable con autoridad en el mundo espiritual y abrir mis ojos al entendimiento de todo lo que me rodea.

Las familias están siendo atacadas, el adversario busca dividirlas y arrebatarles la fe y con ella toda bendición del cielo.
Debemos tomar las armas de nuestra milicia y luchar por la unión de nuestra familia.
Gran parte de eso se mueve en lo espiritual, pero también requiere de esfuerzos en lo natural, como por ejemplo nuestra disposición  a abandonar el orgullo, con tal de ver bien a nuestra familia.
 

Hablando alineados a la Palabra de Dios

 

En la biblia encontramos instrucciones de como actuar para ver la victoria que el Señor tiene preparada para nosotros, es tan importante conocer como a Dios le agrada que hagamos todas las cosas. Cuando somos determinados a seguir esas instrucciones hallamos bendición en ese camino.

A veces es tan simple como cambiar nuestro vocabulario, ser intencionales en ese cambio, es decir Dios mismo ya conoce nuestra condición, sabe que muchas veces vamos a tropezar, pero eso es lo maravilloso de èl, que nos conoce bien y no esta esperando perfección de nuestra parte, solo basta con  querer seguirlo y para empezar podemos intentar ajustar nuestras palabras según sus indicaciones.

 No intentar resolver todo mediante lo natural, ya que la mayoría de las circunstancias se desencadenan en lo espiritual.

Es hora de proclamar el movimiento del Espíritu Santo en nuestras vidas, nuestra casa, nuestro trabajo, nuestro ministerio y todo lo que emprendamos, para que seamos dirigidos en justicia y en verdad.

Poner nuestra confianza en la Poderosa Palabra de Dios y confesarla con nuestra boca.

Hace falta causar un revuelo en el mundo espiritual, provocar que los cielos se abran a nuestro favor, esto es ser una amenaza para el enemigo. Pero con cuidado de no caer en oraciones huecas, tenemos que aprender a depender de la guía del Espíritu Santo de Dios. 


Reconociendo quien es el adversario

Tu familia no es tu verdadero enemigo

Dice la Palabra de Dios que nuestra lucha no es contra personas sino contra demonios de diferentes rangos, eso es según nuestra madurez, si somos bebés en el evangelio muy probablemente no estemos aun molestando los planes del diablo, por tanto los obstáculos que se nos presentan son pequeños, sin embargo a medida que vamos creciendo en conocimiento y experiencias de la mano de Dios, podemos notar que los ataques son mas fuertes.

El diablo sabe que es mas posible derribarte si usa personas de tu entorno mas intimo. El hace que te lastimen aun si ellos no tienen esa intención. Se esmera mucho en separarte de aquellos a quien amas y te aman. Por eso es importante conocer como responder a esos ataques.

Se agradecido por las personas que te rodean, porque son bendición de Dios para tu vida, haz tu mayor esfuerzo por hablarles con amor, dales un ejemplo digno, perdónale sus ofensas aun cuando no supieron pedirte perdón. Habla con Dios y dile todo eso que te inquieta de ellos y confía en que èl se encargará, por ultimo párate firme y haz saber en el mundo espiritual que no pueden derribarte porque te encuentras fundamentado en la roca que es Cristo Jesús y solo en èl descansas... 



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